Sigue la investigación sobre la tragedia de la calle Toledo, parece claro que David y Rubén, dos de los fallecidos, no estaban manipulando la caldera cuando se produjo la explosión. Mientras sigue en marcha el desmontaje de lo que queda del edificio.
Los técnicos que desescombran el edificio del número 98 de la madrileña calle Toledo, reventado el miércoles pasado por una explosión de gas, han incorporado un robot para desmontar de forma más rápida y segura la parte dañada, han informado este viernes fuentes municipales.
Los técnicos han reiniciado esta mañana las labores de desescombrado en la cubierta y las plantas superiores del edificio y lo hacen de forma manual en una jornada en la que el viento "complica un poco" las tareas, han dicho las fuentes del Ayuntamiento.
La explosión, previsiblemente causada por una acumulación de gas, tuvo lugar unos minutos antes de las 15:00 horas del miércoles pasado en un edificio de la parroquia de la Virgen de la Paloma, y dejó cuatro fallecidos y una decena de heridos.
Fuentes de la Comunidad de Madrid han señalado a Efe que la última revisión de la instalación receptora de gas del edificio, obligatoria cada 5 años, se realizó en enero de 2020 y que estaba dentro de la normalidad. Otro asunto diferente, según estas fuentes, es la revisión de la caldera, que depende de la compañía de distribución, y de la que el Gobierno regional no tiene datos.
El párroco de la Virgen de la Paloma de Madrid, Gabriel Benedicto, ha explicado que minutos antes de la explosión olía a gas en todo el edificio y que ninguno de los sacerdotes ni el electricista David Santos, fallecido en el suceso, llegaron a tocar ninguna de las calderas.
La titular del Juzgado de Instrucción número 35 de Plaza de Castilla, que dirige la investigación de la explosión ha solicitado a la Policía Nacional y los Bomberos varios informes para dilucidar las causas de la explosión del edificio parroquial de la madrileña calle de Toledo.
Las fuentes del Ayuntamiento han informado de que ninguno de los tres bloques de viviendas presenta daños estructurales, aunque el del número 102 tiene paredes agujereadas y ladrillos caídos, por lo que sus vecinos no han podido volver a sus viviendas.Tampoco han podido regresar aún a sus casas los del portal 104, ya que los técnicos no han podido inspeccionar todas las viviendas.
La mayoría de los vecinos desalojados podrán acceder entre hoy y mañana a sus casas a recoger sus enseres, ha informado hoy la vicealcaldesa, Begoña Villacís, tras reunirse con los 23 vecinos que están alojados en el hotel NH Madrid Ribera del Manzanares.
Villacís ha puntualizado que los vecinos serán acompañados por los bomberos para que puedan recoger sus pertenencias y ha indicado que aún se desconoce la fecha en la que podrán regresar a sus domicilios de forma definitiva.
Para facilitar su acceso seguro se están colocando una serie de pasarelas y el Ayuntamiento está hablando con la compañía de gas para que realicen una acometida (bypass) que permita la reanudación del suministro en los portales 102, 104 y 106 de la calle Toledo.
Según la vicealcaldesa, los vecinos le han trasladado la angustia que están viviendo y muchos “han reclamado asistencia psicológica”, por lo que el Ayuntamiento pondrá a su servicio a los profesionales del Samur con el objetivo de que reciban apoyo personalizado.
Villacís, junto al delegado de Desarrollo Urbano, Mariano Fuentes, se ha reunido hoy también con los técnicos del servicio de control de edificación, quienes han revisado la iglesia de la Virgen de la Paloma y que “tiene muy pocos daños”, concentrados sobre todo en el ábside y en las vidrieras. “Creemos que reanudará su actividad en un tiempo razonable”.
De los bloques colindantes donde se produjo el siniestro, el número 102 es el más dañado; en el 106 ya han vuelto a vivir familias y en el 104 será posible “en cuanto se revisen todas las casas”.