Continua la investigación para determinar las causas de la explosión de la calle Toledo. Los testigos coinciden en que David, uno de los fallecidos, no estaba manipulando la caldera, que según las averiguaciones, llevaba días sin funcionar. Va cobrando fuerza la hipótesis de un fallo de alimentación del sistema.
Ni David ni Rubén, el sacerdote también fallecido, estaban manipulando la caldera, según apuntan los primeros testimonios recogidos de los testigos.
Desde hace tres días, el edificio no tenía calefacción. Además, se sabe que se estaba arreglando un radiador en el sótano.
Según fuentes de la parroquia, este miércoles las calderas estaban dando mensajes de error.
Fuentes regionales indican que la caldera había pasado la revisión hace justo un año y estaba en regla.
El escenario está impracticable. La policía ha tenido que usar drones, mientras los bomberos se han pasado el día evaluando el estado del edificio.
Parte de los vecinos que fueron desalojados por la explosión han regresado este jueves a sus casas, en concreto los del portal 106 de la calle Toledo, mientras que los de otros dos inmuebles (el portal 102 y el 104) aún no han podido volver a sus viviendas.