El presidente estadounidense, Donald Trump, optó este miércoles por la contención militar en su respuesta a los ataques de Irán contra dos bases en Irak al prometer nuevas y "poderosas" sanciones contra Teherán, a la vez que apuesta por renegociar el pacto nuclear. "EE.UU. inmediatamente impondrá sanciones adicionales contra el régimen iraní. Estas sanciones poderosas estarán en vigor hasta que Irán cambie su comportamiento", dijo Trump en su declaración a la nación desde la Casa Blanca rodeado por el alto mando militar, un día después del ataque iraní contra dos bases donde había tropas estadounidenses en Irak.
El mandatario se mostró más conciliador de lo habitual con la República Islámica, después de la escalada de las tensiones en los últimos días que había hecho temer un conflicto abierto entre Washington y Teherán tras al asesinato del general iraní Qasem Soleimaní en un ataque aéreo estadounidense el 3 de enero cerca del aeropuerto de Bagdad.
Trump describió a Soleimaní como el responsable de algunas de "las mayores atrocidades" en Oriente Medio y de "alimentar sangrientas guerras civiles" en la región, así como de "horrendos" ataques a tropas estadounidenses en Irak.
Teherán había prometido venganza y represalias, pero el hecho de que el ataque iraní buscase deliberadamente no causar víctimas, como apuntan los analistas, fue interpretado en Washington como una señal de contención.
Trump remarcó que no hubo "bajas mortales", ni de estadounidenses ni de iraquíes, y que los daños materiales fueron "mínimos". Trump indicó que, tras el lanzamiento de los misiles, "Irán parece estar retirándose, lo cual es algo bueno para todas las partes interesadas y algo muy bueno para el mundo".
Las palabras del mandatario estadounidense coincidieron con el tono expresado por el ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, y apuntaron a la voluntad de enfriamiento de la crisis por ambas partes. "Irán tomó y concluyó medidas proporcionadas en defensa propia. No buscamos la escalada o guerra, pero nos defenderemos ante cualquier agresión", dijo Zarif en su cuenta de Twitter antes de la intervención de Trump en Washington.
El presidente estadounidense hizo, además, un llamamiento a las potencias internacionales, entre las que citó a los aliados europeos, a Rusia y China, para que "rompan con los resquicios" del acuerdo internacional nuclear (JCPOA, por sus siglas en inglés), alcanzado con Irán en 2015. De ese acuerdo, impulsado por el predecesor de Trump en la Casa Blanca, Barack Obama (2009-2017), y que levantaba las sanciones económicas internacionales a Teherán a cambio de poner freno al programa nuclear iraní, Estados Unidos se salió unilateralmente en 2018.
Trump aprovechó hoy la ocasión para cargar contra Obama, ya que, dijo, los misiles lanzados anoche desde Irán "fueron financiados con fondos hechos disponibles por la anterior Administración", sin ofrecer pruebas al respecto.
"Todos debemos trabajar conjuntamente para hacer un acuerdo con Irán que convierta al mundo en un lugar más seguro y pacífico", afirmó. Trump subrayó que "el mundo civilizado debe enviar un mensaje claro y unificado al régimen de Irán: su campaña de terror, muerte y caos no será tolerada más".
Aseguró, por ello, que pedirá a la OTAN "involucrarse mucho más en el proceso de Oriente Medio".
En el final de su declaración, de casi diez minutos y en la que no aceptó preguntas, Trump extendió una rama de olivo a Teherán: "EE.UU. está preparado para abrazar la paz con todos aquellos que la buscan". Pero, al mismo tiempo, dibujó los límites rotundos de cualquier negociación, al asegurar que, mientras sea presidente, "a Irán nunca se le permitirá tener un arma nuclear".