El coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos ha relatado este martes durante su declaración como testigo en el juicio del 'procés' independentista en el Tribunal Supremo que en la mañana del 1 de octubre de 2017 hubo "dos sorpresas" que le obligaron a cancelar el dispositivo de coordinación inicialmente acordado con la Policía Autonómica: "la inactuación de los Mossos" y la "virulencia de las murallas humanas" organizadas .
En otro momento de su declaración, que se ha extendido más de tres horas, Pérez de los Cobos ha apuntado que en muchos sentidos la actuación de los Mossos durante dicha jornada estuvo "más encaminado a facilitar la celebración del referéndum ilegal que a impedirlo". Este ha sido uno de los motivos por los que posteriormente ha tildado de "estafa" el operativo diseñado por la jefatura de la policía autonómica.
En la parte de su declaración en la que ha abordado detalladamente los hechos del 1-O, y a preguntas de la fiscal Consuelo Madrigal, Pérez de los Cobos ha comentado que ya durante la madrugada habían preparado "sensores" para poder identificar con qué escenario se iban a encontrar en la jornada de votación ilegal: el A, en el que se encontrarían con la colaboración de los Mossos y actuarían a su requerimiento y la B, que es el que finalmente se encontraron, por lo que actuó al respecto. "Hablamos de tres condiciones: insuficiencia, inadecuación e ineficacia, y no había duda de que nos encontramos con este escenario de incumplimiento porque los Mossos no estaban impidiendo la celebración del referéndum, y teníamos que actuar", ha explicado, para añadir que suspendió todas las reuniones previstas aquel día entre mandos de los tres cuerpos.
Tampoco acudieron, al no tener ya sentido mantener la coordinación, al llamamiento del comisario Ferrán López de apoyar a los Mossos en 233 locales. "¿Era esta petición tardía y torticera?" le ha preguntado la fiscal, a lo que el coronel ha respondido "era tardía y voluminosa", además de describir el procedimiento como "largo y enrevesado".
No obstante, ha precisado, a preguntas del abogado del exconsejero del Interior Joaquim Forn, Javier Melero, que las sospechas sobre los Mossos empezaron mucho tiempo antes de la celebración del referéndum y que fueron 'in crecendo'. Si bien, ha destacado, que nunca habían llegado a pensar que la "inacción" el 1 de octubre "fuera absoluta como nos encontramos.
"Exquisita proporcionalidad"
En cuanto a las segunda de las sorpresas, Pérez de los Cobos ha reconocido la existencia en la puerta de muchos de los centros de votación de grupos de personas "perfectamente organizados, con jerarquía entre ellos", e incluso "gente encapuchada" y que alertaba de la proximidad de la llegada de los agentes de la Policía y de la Guardia Civil.
Frente a esta situación, la actuación de los policías --ha negado que se produjeran cargas-- fue según Pérez de los Cobos de una "exquisita proporcionalidad", encaminada a entrar en los centros para retirar el material y "con el menor coste posible para los ciudadanos". En otros centros supo de la presencia de una pareja de Mossos apostados en la puerta de los centros que a su juicio más parecían dar imagen de estar custodiando una jornada electoral normal.
Por otro lado, Pérez de los Cobos ha negado que se diera ninguna orden para que por la tarde parara la actuación de la Policía, pese a que este dato pudiera leerse en la prensa. Así, ha recordado que el propio presidente Carles Puigdemont compareció a mediodía y llamó a los ciudadanos a la "defensa de las urnas", lo que complicó aún más las actuaciones porque la acción de estos grupos humanos se volvió "más virulenta". La actuaciones de la policía fueron entonces menor en número, pero fueron más largas.
Igualmente, Pérez de los Cobos ha relatado como desde primera hora de ese día 1 le llegan informaciones sobre que se habían detectado en diferentes lugares de Cataluña "patrullas camuflados de Mossos haciendo labores de seguimiento" de las unidades de la Policía Nacional y de la Guardia Civil. "En estos seguimientos de dieron datos de marca, color de vehículos y fotos".
Ya en el turno de interrogatorio del abogado de la acusación popular Vox, Javier Ortega-Smith, ha tachado el dispositivo policial de los Mossos de "estafa", reafirmándose en lo que declaró ante el juez instructor de la causa, Pablo Llarena. Para ello ha relatado las "diversas circunstancias" que le han llevado hasta esta conclusión, reiterando alguna de las manifestaciones que ha realizado durante su extensa declaración. La primera de ella se debe a esos "pasos encaminados" a no clausurar colegios electorales y de advertir la hora de llegada de los agentes de la policía autonómica hasta los centros y su modo de actuar según las circunstancias. "Lo nunca visto", ha añadido.
Un dispositivo insufuciente
En segundo lugar, ha dicho que la disposición de 7.000 mossos "fue insuficiente", permitiendo que ese día pudiesen librar, disfrutar de permisos y vacaciones; mientras que en las elecciones autonómicas del 21 de diciembre se activaran 12.000 agentes para una situación de "mayor tranquilidad". Asimismo, ha criticado que la distribución "diseminada y automatizada" de la pareja de mossos d'Esquadra en los colegios, lo que supondría que "no tendría capacidad para impedir el referéndum" y que, además, algunos de esos binomios "dejaban en evidencia" las actuaciones de los policías o guardias civiles cuando intentaron entrar en colegios para cumplir con la orden de la magistrada Armas.
A esto añade los "sistemas extraños" establecidos para poder pedir apoyo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, así como el intento de "aparentar" la incautación de material electoral y el cierre de 99 colegios. Ha precisado que, tras un "análisis exhaustivo", se comprobó que después de supuestamente clausurar la "inmensa mayoría" de estos locales situados en municipios "muy pequeños", recibieron urnas y papeletas llegando a registrar "el doble o el triple" de votos que los fijados en el censo. También ha recordado imágenes en las que se ve a agentes de los Mossos sujetar urnas mientras que los ciudadanos depositaban papeletas.
A preguntas de la defensa de Forn, Pérez de los Cobos ha cuestionado que las actividades programadas en colegios la víspera del 1-O no pudieran entenderse también, al considerarlas en su conjunto, como prohibidas por la juez por tener como finalidad la consecución del referéndum. Ha añadido que la Policía y la Guardia Civil no actuaron para impedirlas porque consideró que lo cuestionado de su nombramiento como portavoz aconsejaba que dejara esta cuestión a los Mossos, que ya estaban además informando en los locales.
Tampoco le ha parecido sorprendente, tal y como apuntaba el abogado Javier Melero, el hecho de que pese a la violencia de la jornada apenas se produjeran dos detenciones. "Cuando una unidad policial tiene que abordar una situación y sobreviene un escenario de violencia superior al previsto el objetivo es el cumplimiento de la misión, no hacer detenciones", ha señalado, añadiendo que tampoco las hubo con ocasión a un intento de asalto al Parlament con ocasión del primer aniversario del 1-O.