Un nuevo avance científico podría retrasar el alzhéimer. Lo ha demostrado "en ratones" un grupo de investigadores españoles y norteamericanos. Una puerta a la esperanza para una enfermedad que no tiene cura y que afecta a más de 30 millones de personas en el mundo.
Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), en colaboración con un equipo de científicos de la Universidad de Rockefeller de Nueva York (EEUU), han demostrado que el tratamiento con el fármaco dabigatrán, un anticoagulante oral de acción directa, es capaz de retrasar la aparición del Alzheimer en ratones.
En concreto, según los resultados publicados en 'Journal of the American College of Cardiology', después de un año de tratamiento con dabigatrán, los animales no experimentaron pérdida de memoria ni disminución en la circulación cerebral. Asimismo, esta terapia disminuyó la inflamación cerebral, el daño vascular y redujo los depósitos del péptido amiloide, signos típicos de la enfermedad de Alzheimer.
En los últimos años se ha descubierto que este tipo de demencia, que afecta a más de 30 millones de personas en el mundo, está asociada a una disminución en la circulación cerebral, de manera que las células del cerebro no reciben todos los nutrientes y oxígeno necesarios y mueren.
Asimismo, se sabe que el alzhéimer es un trastorno multifactorial con un componente protrombótico crónico. Ante este escenario, el nuevo estudio ha combinado técnicas fisiológicas y moleculares para demostrar que la anticoagulación a largo plazo con este medicamento mejora la patogénesis del Alzheimer en un modelo de ratón transgénico.
Más enfermos en el futuro
Debido al progresivo envejecimiento de la población, se estima que el número de personas que padecerán alzhéimer se triplicará en 2050, puesto que cada tres segundos se produce un nuevo caso en el mundo y, desafortunadamente, los tratamientos aprobados hasta la fecha solo ayudan temporalmente con los problemas de memoria, pero no consiguen detener ni revertir los síntomas.
Dabigatrán, gracias a su "elevada eficacia y menor número de efectos secundarios" que otros anticoagulantes clásicos, está aprobado para su uso en diferentes enfermedades humanas. "Este descubrimiento supone un avance importante para trasladar nuestros resultados a la práctica clínica y conseguir así un tratamiento eficaz para la enfermedad de Alzheimer", ha comentado la investigadora Miguel Servet del CNIC y responsable del estudio, Marta Cortés Canteli.
Asimismo, el director general del CNIC y uno de los autores principales del trabajo, Valentín Fuster, ha recordado que las enfermedades neurodegenerativas están profundamente ligadas a la patología de los vasos cerebrales, por lo que ha aseverado que el estudio del nexo cerebro-corazón en las enfermedades neurodegenerativas es el "reto de la próxima década".
A la espera de futuros análisis en humanos, los investigadores consideran que este estudio sugiere que dabigatrán podría ser un posible tratamiento futuro para normalizar la circulación cerebral en enfermos con Alzheimer. "Para llevar a cabo ese tratamiento individualizado será necesario desarrollar una herramienta diagnóstica que identifique aquellos pacientes con Alzheimer que presenten tendencia a coagular. Esa es una de las líneas de investigación en las que nos vamos a centrar en los próximos años", ha zanjado Cortés Canteli.