Los cuatro millones de euros abonados por el Rey emérito para evitar el delito fiscal, únicamente abarcan los cinco años en los que no ha gozado de inviolabilidad, una vez abdicó de la Corona. Sin embargo, no incluye los siete años anteriores, aún como monarca en los que disfrutó de los vuelos privados gratuitos a cuenta de la fundación de su primo Alvaro de Orlenas, según adelantan varios medios.
Es precisamente este tipo de donaciones y regalos los que la Agencia Tributaria considera irregulares, ya que no se tributó por ellos como ingresos en especie.
Estos cuatro millones, 300.000 euros euros abonados por el abogado de Juan Carlos I, no proceden de sus fondos. Según el diario El País, el dinero ha sido aportado por un círculo cercano de amigos y empresarios próximos al Rey emérito.
La fórmula elegida ha sido la de un préstamo entre particulares, en algún caso suscrito ante notario, y no una donación. De esta forma, se ha evitado abonar el 40 por ciento de impuesto que grava la donación.