La ley de amnistía sigue su curso y la próxima parada este martes en el Congreso. Todo hace indicar que va a ser respaldada por la mayoría del hemiciclo. Una ley construida por Sánchez a cambio de concesiones al independentismo o al nacionalismo de Bildu. Pero no lo tiene todo atado, ya que la ruptura entre Sumar y Podemos obliga ahora al presidente a negociar con un grupo más. Sánchez necesita los cinco diputados de Belarra, quienes tras su paso al grupo Mixto niegan actuar con nocturnidad y transfuguismo.
Desde Sumar reclaman la devolución de unas actas logradas bajo sus siglas. Más Madrid, por su parte, habla de traición. Una escalada verbal que anticipa una relación conflictiva a lo largo de toda la legislatura y una abierta oposición de Podemos en cuestiones económicas. Es el escenario más previsible, con el que Pedro Sánchez ya especula.
Aunque estén el grupo Mixto, Podemos aquí será mayoritario, tendrán más tiempo en sus intervenciones y más presupuesto que englobados en Sumar.
La primera prueba de esta frágil gobernabilidad serán los presupuestos. Los cinco disputados de Podemos serán tan fundamentales como los del PNV, pero ambos son ideológicamente antagónicas. La cuadratura del círculo comenzó cuando Sumar comenzó restando.