El Ejército israelí y Hamás libran combates muy violentos en las calles del sur de Gaza, que han venido precedidos por bombardeos cerca de Jan Yunis y en la carretera entre esta ciudad y Rafah.
Israel ha confirmado 250 ataques que han causado al menos 250 muertos. La unidad de élite Egod ha atacado múltiples entradas de túneles en Jan Yunis con el uso de municiones guiadas. Los yihadistas, por su parte, se defienden a la desesperada en una guerra que muchos consideran que no pueden ganar.
La situación en Gaza, ya extrema, se deteriora hora a hora. El bloqueo israelí impide operar a las ONG humanitarias. La situación es particularmente grave en los hospitales del sur, que apenas pueden atender a la multitud de heridos.
El hospital Nasser, pensado para recibir un máximo de 1.000 pacientes, atiende a 3.500. “El personal médico, dice Marwan Fayed, portavoz del hospital, trabaja bajo una gran presión psicológica. Algunos no han salido del centro médico en 60 días”.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha elogiado lo que entiende como posición correcta de EEUU, que el viernes vetaba una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para pedir un alto el fuego. El secretario de Estados norteamericano, Antony Blinken, ha expresado que Israel está en su derecho de defenderse.
El Gobierno de Joe Biden se ha saltado la revisión del Congreso para la venta de 14.000 proyectiles de tanque a Israel, acogiéndose a una declaración de emergencia en interés de la seguridad nacional de EE.UU.