Madarcos, una de las localidades más pequeñas de la Comunidad de Madrid, ha vivido este sábado una jornada especial centrada en recuperar sus tradiciones.
Desde rosquillas a la cestería pasando por la música de raíz y la tradición oral o los oficios ancestrales que no deben perderse. La base de la riqueza y las formas de vidas serranas durante siglos.
Los municipios más pequeños piden no caer en el olvido y reclaman ayuda pero también se reivindican como lugar en el que emprender. De hecho en Madarcos se ubica un ahumadero de salmón que aúna los requisitos de calidad alimentaria sin renunciar a la tradición del humo de haya.
Es Madarcos, según dicen, un trozo de paraíso en Madrid. De hecho, desde hace no mucho, está incorporado a la Reserva de la Biosfera de la Sierra del Rincón, declarada por la UNESCO.