Comerciantes de El Rastro madrileño se han concertado este domingo por tercera semana consecutiva en la plaza del Cascorro para exigir sus puestos habituales y recuperar el modelo "histórico" del mercadillo. Reclaman mantener El Rastro como hasta antes de la pandemia pero con el 50 por ciento de los puestos un domingo, y la mitad restante siete días después, y acusan al ayuntamiento de Madrid de pretender "su desmantelamiento".
Lucio Gonzalo, presidente de la asociación 'El Rastro punto es', convocante de la concentración, ha señalado que no piden algo que no se pueda conseguir ya que "con el espacio que hay y al 50 por ciento se respetan las condiciones de sanidad", y ha exigido que se conserve el espacio habitual de los puestos, "ya que hay sitio para ello".
Tras rechazar las propuestas del Consistorio, la asociación también ha desestimado la última que planteaba la apertura del mercadillo con un vallado perimetral de forma que se sectorice la circulación de peatones de los puestos y aforo en cuatro zonas autónomas de funcionamiento simultáneo, con módulos de dos metros.
Se planteaba además un aforo de 147 puestos en Ribera de Curtidores, 74 en la Vara del Rey, 52 en Campillo, 196 (el mayor número de puestos) en la calle Gran Vía de San Francisco, a los que se sumarían otros 28 en la parte de la calle de Ribera de Curtidores que se ubica en el distrito de Arganzuela. En total, se habilita el 50 por ciento de los puestos autorizados actualmente.
Consideran los comerciantes que esta tercera propuesta remitida desde la Junta de distrito Centro "está en la misma línea que las anteriores, y conlleva el desmantelamiento del histórico Rastro de Madrid, suprimiendo grandes zonas del mismo".
También creen que lo "desorganizan" al proponer su reapertura "con un nuevo modelo que lo hará irreconocible, y que de ningún modo respeta la ubicación original de los titulares de los puestos, ni de las zonas temáticas, típicas".
Además, aprecian una "discriminación" entre los puestos y las tiendas, haciendo de los primeros, a su juicio, un "gueto" al no contemplar esta propuesta "ningún control para la zona de las tiendas, que podrán sacar su género a sus puertas" y sí para los puestos. Entienden por esto esta nueva propuesta como "un ataque inaceptable" a sus puestos de trabajo en su ubicación habitual y al propio espacio y organización de El Rastro histórico.