El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunciaba esta semana que su país va a construir nuevas centrales nucleares. Lo harán, dice para "garantizar su independencia energética sin contribuir a la aceleración del cambio climático".
Ésa es la medida en Francia para no depender energéticamente de otros. Y, ¿Qué pasa en nuestro país? Aquí el Gobierno ha dicho que no pretende cambiar sus planes y que los siete reactores nucleares que hay en España cerrarán entre 2027 y 2035.
Las centrales en nuestro país se encuentran en Tarragona (Ascó I, Ascó II, Vandellós II), la de Cofrentes en Valencia (Cofrentes), la de Guadalajara (Trillo) y las dos que se sitúan en Cáceres (Almaraz I, Almaraz II).
Ahora mismo, esa energía nuclear que generan supone el 24% (24,4%) de toda la generación eléctrica que hubo en España el mes pasado; por encima incluso, de la eólica (22,2%) y muy lejos de la solar (9%). La pregunta es, ¿Qué va a pasar cuando se acabe esa energía nuclear?
La energía nuclear es la base de nuestra electricidad, porque asegura el suministro. No emite gases de efecto invernadero. Reduce nuestra dependencia del exterior. Es barata. Y garantiza estabilidad.
Los que están en contra consideran que existe el riesgo de su uso militar. No es menos contaminante que otras energías. No hay manera de almacenar los residuos, y siempre existe la posibilidad de un accidente. El uranio es carísimo.
En 2011, el CIS preguntó por última vez a los españoles sobre el asunto. El rechazo a la nuclear superó el 60%.