Pasear por la localidad de Mirasierra se ha convertido en un deporte de alto riesgo. Las aceras están levantadas, el asfalto se encuentra destrozado y los vecinos dicen que todos los días hay alguna persona que tropieza o se cae. Piden una solución al Ayuntamiento.
Existen casos particulares como el de Estrella, una vecina que tiene en la puerta de su casa un obstáculo que ya le ha provocado tres caídas. Otro es el de Cristina, escayolada de un pie porque al salir del banco tropezó y se cayó.
Esto son solo algunas vecinas accidentadas, pero el mal estado del pavimento es una trampa aún más peligrosa para las personas mayores. Pasear por Mirasierra es un suplicio que comparten también los conductores. Aseguran que circular por esas carreteras es tercermundista.