Paz y Rogelio están desesperados. Hace cinco años firmaron el contrato de alquiler de su piso en Mirasierra con su inquilina. Se dedicaba a la osteopatía, tenía consulta y entendieron que sería buena pagadora, pero están viviendo una auténtica pesadilla desde entonces.
Su inquilina no les paga la mensualidad. Una situación que ha llevado a Paz a tomar medicación antidepresiva. "Estamos mentalmente sin ilusión, sin ganas. Trabajando horas y horas para tener esto. Pensando en nuestros hijos, los nietos o inclusive nosotros mismos, y ahora fíjate lo que nos ha venido encima", declara Rogelio.
Pero eso no lo es todo, también realquila las habitaciones a otras personas. Una situación que se enteró Rogelio cuando fue a arreglarle una avería de la luz. La deuda de alquiler asciende a los 40.000 euros, sin contar las facturas de luz y agua no pagadas, que se han visto obligados a asumir ellos mismos.
Una problemática que han denunciado y que se llevó a juicio el pasado 2021. "El juez admite que ella es vulnerable. Trabaja, es autónoma y ahora lleva jubilada un año desde junio. La ofrecimos condonar la deuda y dijo que no".
Un equipo de Madrid Directo accede a la finca e intenta hablar con su inquiokupa a través de la puerta, pero no recibe respuesta al respecto. Comienza ahora nuevo mes, otro más para sumar a la deuda de este matrimonio.