Las ONG ambientales quieren que se firme un Tratado Global de los Océanos, que se cumplan los actuales objetivos para su protección y establecer nuevas medidas para lograr el buen estado de los mares como la eliminación del plástico que termina configurando enormes islas en medio del océano.
Con motivo de la celebración este sábado 8 de junio del Día Mundial de los Oceános, las ONG han lanzado distintas iniciativas y campañas. Así, Ecologistas en Acción se ha sumado al manifiesto europeo 'Salvemos nuestros mares' en el que alerta de las amenazas que sufre el medio marino tales como la contaminación de "todo tipo", la invasión de plásticos, la destrucción de los hábitats litorales y la sobrepesca, que están alterando los ecosistemas marinos con consecuencias "desconocidas".
Al menos 60 de los 3.000 compuestos químicos asociados al plástico suponen un "alto riesgo" para la salud humana, ya que pueden provocar "problemas de tiroides y de fertilidad", incluso algunos ya están "catalogados como cancerígenos", ha explicado a EFE la científica del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del CSIC Ethel Eljarrat.
La investigadora ha advertido de que los aditivos comunes del plástico como los bisfenoles, los ftalatos, los retardantes de llama y los metales pesados son "muy nocivos para la salud".
Además, alguno de estos químicos, que llegan a constituir "más del 50 % del peso del plástico", son "disruptores endocrinos", es decir, pueden modificar la función hormonal del organismo.
Según Eljarrat, los efectos adversos no son inmediatos, pero son bioacumulativos, "provocan una toxicidad crónica", derivado del "resultado de pequeñas dosis diarias de las sustancias químicas".
La investigadora ha informado de que los plásticos que acaban en los océanos, a través de aguas residuales y corrientes fluviales, "en su mayoría proceden de artículos cosméticos, pasta de dientes, jabón de manos y productos de limpieza".
Un equipo de buceadores de WWF y del Museo Atlántico de Lanzarote se sumergió este sábado en aguas canarias para volcar cientos de plásticos en torno a las esculturas acuáticas del museo, con el objetivo de denunciar la “gran amenaza” que supone la contaminación en los océanos.
Para evidenciar el peligro de los plásticos en el agua, este sábado aparecieron rodeadas de plástico y a 14 metros de profundidad las esculturas humanas del Museo Atlántico de Lanzarote como símbolo de denuncia del “grave problema que la contaminación por plásticos supone para los mares”.