Una explosión en una toma clandestina de carburante deja al menos 66 muertos y un gran número de heridos. Cientos de vecinos acudían a la zona donde se ha producido el incendio para apropiarse de la gasolina, a pesar de que el lugar estaba custodiado por el ejército.
Los hechos se han producido en Taueilipan, en el estado de Hidalgo, una ciudad ubicada a unos cien kilómetros de Ciudad de México, donde los vecinos robaban el combustible ante la mirada del ejército que optaba por no enfrentarse a los saboteadores.
En un momento determinado se produce una explosión que deja atrapados a cientos de personas que no tienen salida. El incendio no pudo ser controlado hasta la madrugada, y las asistencias sanitarias encontraron en el lugar decenas de cadáveres calcinados.
Estos robos no eran más que una nueva toma de la de la batalla del Gobierno contra el llamado huachicoleo, el robo de combustible, un negocio ilegal en el que está metido de lleno el crimen organizado.