Las calles de Wuhan están completamente vacías. Wuhan es una cárcel sitiada y sus hospitales abarrotados.
El brote ha dejado al menos 26 muertos entre los 887 contagiados diagnosticados en China.
Las autoridades han decidido construir un hospital con mil camas para tratar a los infectados y lo tendrán operativo en 10 días, para el 3 de febrero.
Las imágenes aéreas difundidas por la agencia estatal Xinhua muestran a más de un centenar de máquinas pesadas operando a la vez.
Se espera que este nuevo centro hospitalario pueda proporcionar un tratamiento eficaz y aislamiento a los pacientes infectados.
Para evitar que se siga difundiendo la enfermedad, China ha ampliado las restricciones a la movilidad de sus ciudadanos a, al menos, ocho ciudades de la provincia de Hubei, cuyos transportes han sido suspendidos.
También en Shanghái y Pekín. Precisamente en la capital, y como medida adicional para evitar las aglomeraciones se han cancelado los tradicionales festejos de Año Nuevo chino, que comienza este sábado.
La Ciudad Prohibida no aceptará ningún visitante a partir del sábado. Fuera de China también se sigue con atención la evolución de la enfermedad y se han diagnosticado al menos 3 casos en Tailandia, dos en Vietnam, dos en Corea del Sur y mismo número en Japón. Taiwán y Estados Unidos cuentan con uno cada uno.