Pisos de alquiler, naves de la periferia, comercios, garajes o locales precintados. Aumentan las fiestas entre jóvenes durante la pandemia en estos locales.
Las restricciones de movilidad y el toque de queda por el Covid-19 ha hecho que muchos jóvenes opten por esta opción para seguir teniendo opciones de ocio nocturnas. Hasta 1.200 euros llegan a pagar por un fin de semana de fiesta.
Alrededor de 200 euros llega a pagar cada persona para acceder a este tipo de fiestas. Un precio que puede salir muy caro. Puede convertirse en multas de más de 600.000 euros si la policía detecta una fiesta con 150 personas.
La policía municipal asegura que durante el fin de semana se llegan a poner en Madrid entre 1000 y 2000 multas por estas prácticas ilegales.