Donde no hay límites para salir a la calle es en las localidades con menos de cinco mil habitantes, como Quijorna. En concreto, este municipio de la comunidad de Madrid limítrofe con Brunete cuenta con algo más de 3.400 vecinos según el último censo de 2019.
Allí la desescalada se vive con libertad de horario y se nota al ver a las nueve de la noche a niños paseando con su padre o con su madre.
Muchos están encantados porque es un pueblo muy espacioso donde es difícil cruzarse. Lo ven como una de las ventajas de vivir en un pequeño municipio.
Encantados con la libertad de horarios
“Deberíamos haber estado así todo el tiempo” lamenta una vecina.
“Tenemos el campo muy cerca y podemos aprovecharlo” se queja otro de los residentes consultados.
“Como no puedes salir del municipio, pareces un hámster dando vueltas con la bici” señala un ciclista.
“Debemos ser muy precavidos porque no sabes si te vas a cruzar con alguien que lo tiene” comenta preocupada una de las vecinas con las que hemos hablado.
De momento, Quijorna y sus vecinos seguirán disfrutando de días de sol más largos que otros madrileños como los que viven en viviendas interiores en la capital madrileña-.