En el segundo reportaje del programa 27 de ‘Toc toc… ¿se puede?’ nuestra anfitriona es Elisa, una viajera incansable que recibe a David Moreno en su amplio y ecléctico piso en pleno barrio de Chamberí. La vivienda sufrió una profunda transformación y mezcla: muebles de anticuario, suelos antiguos, una gran sala que engloba salón, comedor y cocina con una gran vitrina de madera, recuerdos de viajes por todo el mundo y hasta una habitación-estudio para tocar la guitarra eléctrica, ya que el marido de Elisa, es músico.
Nada más pasar por la puerta entramos a un amplio salón-comedor-cocina que antes de su reforma eran 4 habitaciones separadas. Originalmente, el piso estaba dividido en 13 habitaciones, muchas sin ventana al exterior, su diseño era de 1920. Pero con una superficie de 120 metros cuadrados decidieron abrir los espacios todo lo que pudieran. En la entrada se encuentra un mueble-lámpara a medida que contiene varios recuerdos de viajes a Nueva York y Dublín. Los libros están colocados al revés no por nada, sino por una tendencia que arrasa en Instagram con el hashtag #backwardsbooks. Nos confiesa que han sido sus hermanas las han decorado su casa con su estudio de interiorismo y decoración.
Dos sofás separan el espacio de descanso, siendo de un único colchón a veces los usan como camas extras. También se observan muchos cuadros colgados por la sala, aunque la gran mayoría son regalos de familiares y de su marido, quien es músico y artista. Uno de los grandes beneficios de la casa es su localización, pues la ventana del salón da directamente al colegio sin ningún edificio que bloquee las vistas al patio. Su plan es poder lanzarle el bocadillo a su hijo o regañarle si le ven haciendo algo malo.
Algunas plantas artificiales y naturales dan vida al salón, pero en el comedor los que destacan son los radiadores ascendentes de gas y calefacción, que funcionan como decoración y separación de ambos espacios. La cocina, al ser abierta, se transforma en un elemento decorativo más del salón. Los electrodomésticos están panelados y la mesa es capaz de soportar el calor y los cortes, perfecta para cocinar encima sin necesidad de ninguna tabla adicional.
Por otro lado, han aprovechado elementos de la construcción original como suelos, puertas y ventanas, como el pasillo de baldosas que da paso a las habitaciones como la del pequeño, cubierta de un papel a medida con dibujos de la selva de todos los animales. Antes de la habitación principal, se encuentra una de paso que funciona como un estudio para su marido. En ella guarda todos sus instrumentos, pues se dedica a gestionar una empresa que organiza giras con músicos. Por eso tiene la habitación insonorizada y con un aseo incorporado, aunque es más para el uso del niño.
En la habitación principal nos sorprendemos con el sistema mecánico de la cama. Cada lado tiene su propio motor para subir y bajar los pies y la cabeza. Su marido bromea a veces que Elisa parece un taco al elevar ambos lados. El cabecero es un mapa del mundo y el baño principal es todo lo amplio que pudieron hacerlo, ajustando el tamaño del vestidor al otro lado.