El primer ministro japonés, Fumio Kishida, se reunió este lunes con Sam Altman, director ejecutivo y cofundador de OpenAI, la firma detrás de la popular herramienta de inteligencia artificial ChatGPT, para abordar aspectos normativos relacionados con esta tecnología y su posible adopción para tareas burocráticas.
Altman ha asegurado que discutieron "los beneficios de la tecnología de inteligencia artificial y cómo reducir sus desventajas", en declaraciones a los medios locales tras la reunión.
El CEO de OpenAI planteó también a Kishida la posibilidad de que OpenAI abra una oficina en el país asiático.
Tras el encuentro con Kishida, Altman se reunió con un grupo de legisladores del gobernante Partido Liberal Democrático (PLD), ante quienes subrayó que Japón "puede desempeñar un papel significativo como país de adopción y de uso" de ChatGPT.
Altman destacó que Japón "es uno de los centros mundiales" en cuanto al uso de la versión de chat GPT lanzada el pasado noviembre, con más de un millón de usuarios activos diarios.
En este contexto, señaló que las autoridades niponas "pueden ayudar a establecer la agenda global para regular" esta nueva tecnología, con vistas a "maximizar sus ventajas y minimizar sus desventajas".
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, alertó la semana pasada sobre el daño que puede causar una tecnología tan poderosa sin los controles adecuados, al tiempo que reclamó de nuevo al Congreso una legislación de privacidad que ponga límites a la recopilación de datos personales por parte de las tecnología.
INTELIGENCIA ATIFICIAL EN LA ADMINISTRACIÓN
Al ser preguntado sobre la postura del Gobierno ante ChatGPT, el portavoz del Ejecutivo, Hirokazu Matsuno, destacó que aunque "otros países como Italia están prohibiendo su uso temporalmente", Japón considera que la nueva tecnología "puede conllevar tanto méritos como preocupación" por su posible impacto.
El portavoz añadió que Japón "va a estudiar la posibilidad de su uso para tareas administrativas" sin que esto afecte a los puestos de trabajo de los funcionarios públicos, al mismo tiempo que se "analizará la evolución" de la tecnología y se tomarán medidas necesarias para evitar la filtración de información secreta o datos personales.
La semana pasada, el ministro nipón de digitalización, Taro Kono, expresó en la misma línea su deseo de "considerar activamente" el uso de la inteligencia artificial generativa para el trabajo de ministerios y agencias del Gobierno japonés.
Durante la visita de Altman y sus reuniones con políticos nipones también se trataron las discusiones en el marco del G7 sobre estas últimas aplicaciones de la inteligencia artificial, ya que Japón ocupa la presidencia de turno del Grupo de los Siete y acogerá una cumbre de sus líderes a finales del próximo mes en Hiroshima.