Bryant, la biografía de una leyenda del baloncesto

El deporte llora. Llora por incredulidad. Llora por un ídolo. Llora por amistad. Llora por el amor de un hermano. Llora porque 24 segundos de posesión no son suficientes.

Ni las palabras. Llora porque colgar un número no es suficiente. Llora porque Kobe Bryant ya no está, pero no olviden que su legado siempre permanecerá.

Se apaga la luz de un ídolo, una leyenda del deporte, un ángel. Kobe Bryant jugó 20 temporadas en la NBA. Todas ellas en Los Ángeles Lakers. A la media vuelta, en suspensión, o como fuera. Así hizo temblar el aro y la grada hasta bañarse de oro: Cinco anillos de campeón y dos veces MVP de las finales.

Además, fue elegido también el mejor jugador de la Liga en el año 2008, y en 18 ocasiones se visitó de All Star. Con Estados Unidos también se colgó dos oros olímpicos. Beijing y Londres. Y en las dos finales ganó a la España de su íntimo amigo Pau Gasol.

Un palmarés tan único que incluso guarda un Óscar de Hollywood. El que consiguió contando su profundo amor por el baloncesto. Todas las estrellas soñaban con jugar con él porque él era, sencillamente, uno de los más grandes.

Se fotografió en varias ocasiones con estrellas del fútbol como Ronaldinho o Andrés Iniesta. Es el único jugador al que los Lakers le reservan sus dorsales (8 y 24). Porque siempre se recordará a uno de los más grandes de todos los tiempos. Se marcha la Mamba negra para seguir siendo el escolta de los Lakers en el cielo para seguir siendo su eterno ángel.

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