La película está dividida en cuatro partes: una dedicada a la Tierra, como referencia al proceso creativo y de ensayo con sus músicos. Otra dedicada al aire, que simboliza a su familia y a Granada. Otra dedicada al agua como origen de todas las cosas, y una última relacionada con el fuego, que incluye la actuación que Morente ofreció en el Liceu de Barcelona.
La película es el resultado de un año de trabajo entre el equipo del director, Emilio Ruiz Barrachina, que contaba con hasta siete cámaras distintas, y el propio Morente. Ruiz Barrachina quiso limitarse a seguir, sin interferir, el quehacer diario del cantaor y plasmar de la forma más absoluta la libertad de éste a la hora de trabajar.
Uno de los momentos más emocionantes por todo lo que sucedió después es la secuencia que presenta a Enrique Morente en el Centro Reina Sofía de Madrid cantando ante el Guernica, de Picasso. Esa escena se grabó tan sólo dos noches antes de que ingresara en la clínica privada La Luz, de la que ya no saldría.