Unas 200 personas, la mayoría tibetanos o españoles de origen tibetano, se han concentrado este sábado ante la sede de la Embajada china en Madrid para exigir el fin de la represión que ejercen las autoridades chinas en Tíbet y pedir respeto a los Derechos Humanos y la cultura y la religión tibetanas. La concentración se ha realizado en el 53 aniversario de la invasión china de Tíbet.
Durante la concentración, a la que han asistido manifestantes de distintos puntos de España, han ondeado numerosas banderas tibetanas y fotografías de Dalai Lama y de los tibetanos que han muerto tras prenderse fuego en señal de protesta contra el Gobierno chino.
En declaraciones a los medios, el director de la Fundació Casa del Tíbet y diputado por Europa en el Parlamento Tibetano en el Exilio, Thubten Wangchen, ha explicado que se han concentrado frente a la embajada china para conmemorar el levantamiento del pueblo tibetano frente a la opresión china hace 53 años, que les ha arrebatado la "independencia, la libertad y los Derechos Humanos". El lama Wangchen, que ha lamentado que se hable "muy poco" del Tíbet en el mundo, ha asegurado que las naciones del mundo "no hablan" porque está detrás el mercado chino y sus relaciones económicas "olvidando los valores y la libertad" de pueblos como el tibetano.
"Estamos pidiendo al Gobierno chino que cambie un poco su postura. Los tibetanos queremos vivir en paz, que se respeten más los Derechos Humanos y la libertad de religión y educación", ha esgrimido Wangchen.
Este lama ha pedido a la comunidad internacional y a la ONU que envíe delegaciones al Tíbet para "ver lo que ocurre y parar la represión, la tortura y la destrucción de la naturaleza".
Asimismo, el diputado del parlamento tibetano en el exilio ha manifestado que no tienen nada en contra del pueblo chino, pero sí contra su gobierno dictatorial, que "siempre cuenta mucho cuento chino".
El director de la fundación ha lamentado que los tibetanos se hayan convertido en minoría en su propio país, siendo 6 millones de habitantes tibetanos frente a los 8 millones de chinos que viven en el país, fruto de un proyecto de colonización. "Somos la segunda clase", ha apuntado.
PETICION DE APOYO AL GOBIERNO ESPAÑOL
Este monje budista ha pedido al Gobierno español que "hable" con su homólogo chino para que se respeten los Derechos Humanos. Además, ha recordado que la crisis económica no es tan importante como lo está siendo la crisis espiritual y de valores. ""Los comunistas no creen en nada, pero queremos vivir en paz. Todos somos hermanos", ha sentenciado.
Una tibetana nacida en el exilio, Tsering, ha manifestado estar "muy triste" por la situación de su país y que, aunque viva muy lejos, lo vive "de muy cerca". "Yo nací en la India, pero mis padres y abuelos vivieron el exilio por lo que lo llevo muy dentro de mi corazón", ha explicado. Además, ha exigido al Gobierno chino que "respeten más" los Derechos Humanos y ha lamentado que no les traten ni "como a personas".
Por otra parte, un español voluntario en la Fundació Casa del Tibet encargado de la sección de Derechos Humanos, Xavier Santamaría, ha asegurado que lo que ocurre en el Tíbet es "muy fácil" de explicar, ya que lo que sucede es que no hay Derechos Humanos, "absolutamente ninguno".
Este profesor de instituto ha manifestado su apoyo hacia los tibetanos asistiendo a la concentración en la que han intentado otorgar un escrito al embajador chino para pedir el cese de la represión.
Los tibetanos han recordado que ya no piden la independencia, sino una autonomía que les permita defender su cultura y su idioma. La concentración, que ha transcurrido sin incidentes y con un fuerte carácter pacífico, ha contado con cantos de mantra de compasión y con mensajes de esperanza.