Decenas de miles de falleros volverán a expresar su devoción a la 'Mare de Déu' en la tradicional Ofrenda de Flores a la Virgen de los Desamparados, que se desarrolla dentro del programa fallero este sábado y domingo, y que en esta ocasión se prevé "más multitudinaria" que en pasadas ediciones al coincidir su celebración con el fin de semana. Por ello, se espera superar las 102.951 personas que participaron en este acto en 2011.
Así lo ha asegurado a Europa Press el delegado de Festejos de la Junta Central Fallera (JCF), Pepe García Bosch, que ha hecho notar que, además de una mayor afluencia de falleros, también se registrarán muchos más visitantes venidos de todo el mundo.
La primera parte de la ofrenda arrancará este sábado a las 15.30 horas y las diversas comisiones accederán a la Plaza de Reina y, posteriormente, a la de la Virgen por las calles San Vicente y la Paz. El desfile lo cerrará la Fallera Mayor Infantil de Valencia, Rocío Pascual. Al día siguiente, domingo, pondrá el colofón la Fallera Mayor, Sandra Muñoz.
Un diseño de Mari Sol Burgos llamado 'Flores desde el corazón', dará luz este año al manto de la Virgen de los Desamparados, que los falleros irán componiendo con sus ramos de flores.
La diseñadora ha volcado sobre el manto "toda su sensibilidad femenina, su amor a la Virgen y su pasión por la fiesta". El resultado ha sido un "maravilloso" boceto que José Santaeulalia, inmerso en la parte técnica, ha llevado con éxito a la culminación final, según los responsables de la JCF.
'Flores desde el corazón' representará uno de los momentos más emotivos de la ofrenda, cuando llega el fallero a los pies de su patrona, la mira y se dispone a entregar su ramo de flores, "un ramo que va cargado de devoción, cariño, amor, sentimientos que inundan la plaza conforme van pasando las horas, conforme van desfilando las comisiones, conforme va confeccionándose el manto, con esas flores que salen desde el corazón", han agregado las mismas fuentes. HISTORIA
La Ofrenda a la Virgen de los Desamparados se inició hacia 1942, desde un modesto taller de carpintería de la barriada de Russafa que realizaba la construcción de unos travesaños de madera para que sirvieran de apoyo a los primeros ramos de flor que se le ofrecían a la Virgen.
Posteriormente, en la fachada de la Real Basílica y para los días de la ofrenda, se instalaba un cuadro de azulejos con la imagen de nuestra Patrona, y alrededor de él se colocaban los ramos de flor en el enrejado de madera preparado al efecto por la familia Llorca, iniciadora de la tradición. Dicho cuadro de azulejos se puede contemplar hoy en día en la fachada de la Basílica recayente a la calle de La Leña.