Las sociedades de médicos de familia advierten que todos los días ven llegar trabajadores con golpes de calor y avisan de que lo síntomas suelen ser mareos, dolor de cabeza y nauseas, por lo que, si los sufrimos, lo primero que hay que hacer es ponerse en un lugar fresco y llamar a emergencias lo antes posible.
Los sanitarios también son partidarios de la adaptación de la jornada laboral en las temporadas de calor y que se empiece a trabajar antes para así también finalizar cuanto antes, a la par que se deben facilitar varios descansos para hidratarse, aunque no se tenga sed.
María Fernández es médico de familia y es una de las firmantes de estas advertencias y recomendaciones: evitar salir en las horas de más calor, usar ropa holgada, comidas ligeras, beber muchos líquidos o evitar las bebidas alcohólicas y muy azucaradas.
Recomendaciones que todos nos sabemos al dedillo pero que no todos seguimos al pensar que el calor únicamente afecta a los más vulnerables, un error.
“No debemos de hablar solo de grupos de riesgo, a cualquier persona le puede fallar su mecanismo de termorregulación y, en ese momento, si la temperatura corporal sube por encima de 40 grados, entraríamos en ese fatídico golpe de calor”, nos ha contado la doctora.
Además, según un estudio reciente, las mujeres son más propensas a sufrir estos golpes de calor ya que su sudoración se activa más tarde, lo que aumenta el riesgo.