El decreto de ahorro energético supone "una dificultad más a las que estamos soportando desde la pandemia”, afirman desde Hostelería Madrid
Los locales se preparan para cumplir con la obligatoriedad de un cierre automático de puertas el 30 de septiembre
Foto: Archivo |Vídeo: Telemadrid
Redacción
A la espera de que en el Congreso se dé luz verde y se convalide el decreto de ahorro energético, sus medidas ya están en vigor desde hace dos semanas y algunos comerciantes reconocen que poner el termostato a 27 grados les ha penalizado con menos clientes.
Y, como siempre, los más afectados principalmente son las pequeñas tiendas o establecimientos que ven como en un espacio reducido sube la temperatura en el espacio según va aumentando el número de personas en su interior.
Es el caso, por ejemplo, del sector de la hostelería donde, a pesar de que se está aplicando la norma de la temperatura a 25 grados, en su caso, “con cierta normalidad”, José Antonio Aparicio, presidente de Hostelería Madrid, afirma que “no es lo mismo un gran restaurante de varias plantas que un bar con un aforo de 10 personas”.
Por el contrario, la medida del cierre automático de puertas es algo más conflictiva debido a la dificultad debido al coste que tienen que asumir los establecimientos antes del 30 de septiembre que entra en vigor la norma, y ante la imposibilidad de poner una puerta con muelle ya que dificultaría a los camareros el servicio en las terrazas.
“Si se hubiera consensuado con el sector y las asociaciones hubiéramos transmitido esta dificultad operativa porque el muelle o el elemento motorizado supone un problema para los camareros que entran y salen cargados o para los proveedores con mercancías”, ha recalcado el presidente de esta asociación.
“Es una dificultad operativa más a todas las que está soportando el sector de la hostelería desde la pandemia”, ha concluido Aparicio.