Las subidas de los precios están causando graves problemas a consumidores y también a productores. Desde la Coordinadora de Agricultores y Ganaderos (COAG) alertan que hay una diferencia de un 758% entre el precio de origen y el que nos llega a la mesa.
Llenar la cesta de la compra con alimentos frescos es cada día más caro y el aumento del precio de verduras, hortalizas, frutas, leche y huevos no significa que los agricultores y ganaderos reciban esas cifras, sino que los precios finales se encarecen durante los siguientes procesos.
Por ejemplo, las naranjas suben del campo a los hogares un 711%, las berenjenas un 576%, las zanahorias un 450% y los huevos un 30%. Mientras que el agricultor puede recibir alrededor de 16 céntimos por una zanahoria, en los supermercados cuesta entre 50 y 60 céntimos.
Los agricultores denuncian que ellos están sufriendo grandes subidas en los precios de los fertilizantes y abonos. Enrique García, portazos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), declara que en esta cadena de precios influye la distribución: “No nos olvidemos de la electricidad o de la conservación de los alimentos”.
Según las encuestas realizadas por la OCU, los consumidores “quieren pagar un precio justo con una remuneración adecuada a todos los que intervienen en la cadena de valor de los productos, pero hay que establecer transparencia”. Alertan que el problema es que puede haber elementos de la cadena que “en base a la especulación tengan unos beneficios fuera de lo común”.
Recomiendan que a la hora de comprar los consumidores se fijen en el precio por unidad de medida y que comparen, para que no paguen más dinero por menos cantidad de producto.