El calor acumulado en un hogar cerrado se pierde en pocas horas y provoca un mayor gasto de energía y, por lo tanto, de dinero. La principal fuente de fuga del calor son las ventanas y los expertos recomiendan revisar el nivel de aislamiento y colocar burletes o instalar una buena persiana.
Los burletes autoadhesivos permiten sellar las ventanas y evitar la entrada del frío y las persianas y cortinas funcionan como barreras térmicas. Además, la silicona puede utilizarse para sellar los marcos de las ventanas.
El experto en energía Jorge Morales de Labra recuerda que los radiadores deben estar libres, sin nada encima y sin ropa tendida. "Lo primero es purgarlo para que funcione perfectamente". Recomienda aislar la puerta de entrada de la casa con burletes "puedes colocarlo fácilmente, cuestan menos de diez euros y ayudan mucho".
Las viviendas sin aislamiento térmico o con uno mal instalado pierden una cantidad muy elevada de energía. En un edificio normal, se pierde de media el 25% del calor por las fachadas, el 18% por las ventanas, hasta un 7% por el suelo y un 30% por la cubierta.