Al igual que el ‘au pair’ surge de la necesidad de cuidar a los hijos de una familia extranjera, las mascotas requieren también de mucha atención. Cada vez es más común recurrir a terceras personas que se ocupen de nuestros compañeros, ya sea para un paseo o para hacerse cargo de ellos durante un periodo.
La gente joven ya se suele trasladar a otro país para vivir de acogida con una familia. A cambio no suelen obtener remuneración, pero le permite alojarse en distintos lugares. Además de las clásicas mascotas como perros y gatos, entre las ofertas también se pueden encontrar animales de granja. En cuanto al tiempo de los cuidados, este puede extenderse desde una semana hasta varios meses.
Además de poder viajar económicamente, existen más ventajas de utilizar este método, el 'house sitting'. Romina Estrada, vivía en Madrid y tras la pandemia llegó a Australia con poco dinero. Buscaba poder ahorrar para comprarse una vivienda. Al cabo de un año, viajando de casa en casa, consiguió comprarla. Al mismo tiempo, la experiencia de vivir en distintos suburbios y ciudades, le permitió valorar mejor dónde quería vivir.