Desde el miércoles 9 de agosto, el Registro Civil dispone de un archivo en el que se conservarán las declaraciones firmadas relativas a los fallecimientos ocurridos con posterioridad a los seis primeros meses de gestación y antes del nacimiento.
Constarán el nombre y apellidos de la madre y, en su caso, el del hijo, y se numerará correlativamente, a los efectos de poder facilitar la búsqueda. Asimismo, a solicitud de cualquiera de los progenitores, se expedirá una certificación en la que constarán los datos del alumbramiento, el nombre, en su caso, del hijo o hija.
Según Montse Robles, presidenta de la Federación Española de Duelo Gestacional, Perinatal y Neonatal, este cambio se trata de un avance para facilitar el duelo de los padres. “La terminología de bebé no nacido, a nosotros no nos gusta, porque todos los bebés nacen”, explica, que añade que antes su nombre figuraba en el Registro de Criaturas Abortivas y Legajo de Abortos, un nombre que a su juicio “añadía más dolor”. La norma, explica, “va a contribuir a que haya un reconocimiento social, a que la criatura haya existido”.
En cuanto a futuros pasos en facilitar el duelo perinatal, el Hospital de Vall d'Hebron de Barcelona, se diferencia de otros porque ofrece a los padres herramientas para avanzar en esta complicada fase, como el guardado de huellas o la atención de psicólogos.
“Debería haber un plan nacional en todos los hospitales con personal formado para acompañar a la familia en el duelo”, defiende Robles, que añade que otras prácticas que ayudan al inicio del duelo son bañar al bebé, vestirlo, incluso conservarlo en “cunas frías” para que los padres puedan pasar las horas que quieran en la habitación.