El Gobierno y los agentes sociales retoman la negociación sobre la reforma de las pensiones este lunes, con el rechazo de las organizaciones empresariales CEOE, Cepyme y ATA, que consideran que el peso de la reforma recae “en los trabajadores y empresas mediante una subida generalizada de cotizaciones”.
El economista Josep María Raya declara que “todo apunta a que esta reforma será un nuevo parche en el que solucionamos el problema de los próximos 3 años, pero no de los próximos 30 años”.
“Lo preocupante es qué haremos en 2050 cuando habrá 3 activos y 2 jubilados por cada 5 personas. La medida piensa más en el jubilado que en el joven, y pone más peso en la espalda de los jóvenes que ya lo tienen muy difícil”, expresa.
El Gobierno plantea aumentar el porcentaje del PIB dedicado a pensiones del 12% al 15% de cara a 2045, cuando se jubile la amplia generación del baby boom.
Entre las medidas para mejorar los ingresos del sistema está la subida progresiva en el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) que ha entrado en vigor este mismo año. En la primera parte de la reforma de las pensiones, se aprobó un recargo del 0,6% sobre las cotizaciones, aumentando un 0,5% a empresas y un 0,1% a trabajadores. Ahora, se doblará ese recargo y los trabajadores pagarán una cotización de 1,2 puntos porcentuales más a las previas a la reforma.
Este recargo se realizará de forma progresiva, a partir de 2024, y aumentando cada año una décima hasta alcanzar en 2029 ese 1,2 de aumento porcentual. Así, en 2029 un trabajador dedicará a la Seguridad Social el 4,9% de su base de cotización. Pero esto no es definitivo, como explica el economista Josep María Raya, “hay una cláusula de que puede variar según la situación del país”.
“Ya está pasando que la generación joven, que son pocas, unos 4 millones cuando en mi generación eran más de 9 millones. Cada vez van a ser menos frente a la gente mayor que habrá y me parecen medidas de poca solidaridad con ellos”.