“Despierto desde las dos de la mañana con una crisis de ansiedad, me miro en el espejo y no consigo reconocerme”, cuenta el aventurero Santiago Sánchez Cogedor desde una prisión en Irán donde lleva encarcelado desde hace un año por publicar una fotografía en la que figuraba al fondo un cuartel militar. Sus amigos han compartido sus audios de esta semana con 120 Minutos.
“Me vuelvo a mirar y me dan ganas de romper el espejo a cabezazos. Tengo muchos beneficios penitenciarios no puedo quejarme, mientras esté aquí no puedo hacer ni decir nada porque eso me perjudica. Contar la verdad me perjudica, 'Santiago cállate y no hagas nada'”, relata el aventurero, que sufre de dolores de muelas y sigue sin ser atendido médicamente.
“Entro al baño y me asusto cuando veo el reflejo de un zombie en el espejo. Decido sonreírme, creo que me lo merezco, no puedo permitir que mis demonios ganen en esta batalla, ni por mí ni por mi gente”, cuenta con esperanza de poder salir algún día de prisión.
Sánchez Cogedor partió desde la Comunidad de Madrid atado a un carrito para realizar un periplo solidario de más de 6.000 kilómetros hasta Qatar, donde se disputó el Mundial a finales del año pasado. Pero nunca llegó. Tras caminar por una decena de países, el 2 de octubre de 2022, cruzó la frontera con Irán, último país por el que debía atravesar para llegar a su destino y que se encontraba en un contexto de protestas ciudadanas contra el régimen de los ayatolás por la muerte de la joven Mahsa Amini.
Fue detenido en la ciudad de Saqez y enviado a la prisión de Tabriz, en la provincia de Azerbaiyán oriental, acusado de espionaje por una imagen en su móvil. Los meses han pasado y las promesas de una liberación temprana ya no son creíbles para el aventurero español, que está totalmente desesperado.
Ante una situación que denominan su familia y amigos de estancamiento, han solicitado permiso para manifestarse frente al Ministerio de Exteriores el domingo 1 de octubre.