Save the Children elabora una guía para evitar la adicción al porno de menores
Desde la organización para la infancia descubrieron en sus informes “que los chicos y chicas que cenaban en familia consumían pornografía de manera menos habitual”
Foto: TELEMADRID |Vídeo: Telemadrid
REDACCIÓN
En un país en el que se comienza a consumir pornografía de media a los 12 años, es necesario establecer una pauta para que los menores tengan una pronta consciencia de lo que significa. Sobre todo si un 54% de los adolescentes situaron su primer contacto con contenidos porno antes de esa edad, según el informe (Des)información sexual: pornografía y adolescencia elaborado por Save the Children. Casi el 9% de quienes participaron en este estudio admitieron haberlo hecho antes de los 10, y una investigación de la Universitat de les Illes Balears situaba ese umbral en los ocho años.
Casi 7 de cada 10 menores (el 68,2%) consume porno de forma frecuente, según el trabajo de la organización, que resalta que un 17% de los menores se encontraron por primera vez con pornografía de forma accidental en su navegación por Internet. El 45% de niños de 11 años en España tiene su propio teléfono móvil, y con 13 ese porcentaje se dispara al 85%, de acuerdo con la última estadística del INE.
A través de juegos que nada tienen que ver con la pornografía, acceden a este contenido sin buscarlo. La tarea de los padres para concienciar a sus hijos sobre la pornografía no es sencilla, por eso Save the Children ha elaborado una guía específica para hablar con los menores sin revictimizarlos.
Para el algoritmo no hay moral, solo audiencia y usuarios
La gran mayoría de niños menores de 16 años que consumen pornografía en España han sido inducidos por la industria y por los algoritmos que están hechos para vincular a personas con intereses similares y patrones de comportamiento (como los videojuegos), para crear nichos de consumo que se ligan a industrias que ofertan productos y servicios para adolescentes.
Un estudio demuestra que en 130.000 películas pornográficas las palabras “teen”, “niñas” y “adolescente” son los ganchos más comunes que llevarán a tu buscador a un vídeo de sexo explícito de producción pornográfica industrial. Una vez que has visto un vídeo de esta naturaleza, los algoritmos de diferentes aplicaciones harán lo suyo.
En junio 2023, el diario The Wall Street Journal publicó un estudio del Observatorio de Internet de la Universidad de Stanford, en él descubrieron a 405 vendedores de material de pornografía infantil en Instagram y 128 cuentas que ofrecen venta de material pornográfico en Twitter. Todo esto sucede gracias a las recomendaciones por algoritmo creado por el grupo Meta Inc., propietario de Instagram, Facebook y WhatsApp.
Desde hace seis años Pornhub comenzó a integrar en sus banners y pop-ups simuladores basados en videojuegos; las imágenes de las chicas son caricaturas hiperrealistas sexualizadas, siguen el modelo de gamers de aventuras y acción; esto es targetting puro
Desde estas organizaciones, llaman la atención de que se ponga más la mirada y el juicio en los menores consumidores y no en los productores y comerciantes de la industria que ha elegido a la niñez como público cautivo.
Lo buscan “para aprender”
Carmela del Moral es la responsable de incidencia política de Save the Children. Sobre la guía comenta que el enfoque está mucho más basado en la educación y el acompañamiento: “creemos que como mejor vamos a poder acompañar a nuestros hijos en el uso de las tecnologías es a través de la información, a través de conversaciones y a través de normas en común”.
El control parental es una solución cada vez más accesible, al mismo tiempo que los niños saben cada vez más sobre tecnología y aprenden a saltarla. “Con eso no se va a evitar que vean lo que quieran ver en otro teléfono o en otros medios”, defiende la especialista.
Del Moral asegura que en uno de sus informes descubrieron que “los chicos y chicas que cenaban en familia, pasando tiempo de calidad en familia, consumían pornografía de manera menos habitual”. “No podemos esperar a pillarles un contenido que no nos parecía adecuado, ya no querrán hablar de ello. La pornografía cada vez está más llena de violencia y humillación contra las mujeres. No pueden normalizarlo como una parte de la sexualidad. Hay que hablar del sexo afectivo y de las emociones”, defiende.