El riesgo de contagio de Covid-19 por tocar superficies contaminadas es de 1 entre 10.000, según un estudio publicado en Estados Unidos por el Instituto de Salud Pública. Bastaría con un simple lavado de manos con agua y jabón para prevenir el contagio y solo haría falta una desinfección más en profundidad si se el caso de convivir con un infectado de Covid.
Los virólogos llevan insistiendo desde hace tiempo que la clave para frenar el virus es el control de los aerosoles. Por ello es fundamental el uso de la mascarilla y ventilar. Antonio Alcamí, virólogo del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa del CSIC ofrece más datos sobre esta cuestión en 120 Minutos. Según este científico, al principio de la pandemia se le dio más importancia al contacto con las superficies, pero en este momento las evidencias apuntan a los aerosoles y la transmisión por aire.
Explica que su departamento ha creado un sistema que detecta qué proporción de virus se aloja en un determinado ambiente. Por otro lado, recomienda utilizar los detectores de CO2 que se encuentran a un precio asequible en el mercado, para controlar la calidad del aire en nuestros domicilios y asegurarnos de que la ventilación es la adecuada.
Y concluye con una advertencia: que estos controles se aplican de manera más decisiva en bares o restaurantes, esos espacios cerrados en los que es más fácil que el virus no se disipe o desaparezca. Por ello recomiendan sacar la hostelería al exterior, a las terrazas. "Utilizando estos medidores se podría controlar la seguridad en el interior de los establecimientos porque no podemos asumir si un sitio está vinculado si no lo conocemos".