Cristian y Noelia compraron una vivienda a un particular en Caño Roto, Carabanchel, hace dos años. Denuncian que se les ocultó el mal estado de la vivienda que ya ha sido derribada y siguen pagando la hipoteca del solar. "Estamos pendientes de juicio, pero igualmente la cantidad que podemos exigir a la antigua propiedad es muy pequeña frente a los gastos que estamos pagando".
"Cuando queríamos entrar a vivir, un arquitecto valoró la vivienda y concluyó que era necesario el derribo porque los cimientos no soportaban y las columnas estaban deshechas por la humedad". Cristian expresa que "ninguna administración nos da solución ni ayuda en la reconstrucción, a pesar de que es una zona protegida a nivel arquitectónico y hay que construir la casa según unos estándares".
"Hay precedente de que en este barrio la administración ha ayudado a otras casas con problemas de cimentación y estructura, entendemos que a nosotros también nos corresponde esa ayuda".
En su caso, el arquitecto al que consultaron para lo que iba a ser una reforma pasó el informe a Urbanismo y se concluyó que había que derribar la casa. Afirman que han gastado más de 40.000 euros de sus ahorros y que ahora mismo no pueden afrontar los costes de una construcción desde cero.
"No podemos edificar otra casa y tenemos poca capacidad de ahorro", dicen, porque ahora viven de alquiler "y además pagamos la hipoteca".