Magacín informativo en directo presentado por María Rey, con el análisis y el debate sobre los asuntos de política y actualidad que preocupan en Madrid.
Damos por finalizado el periodo de fiestas y toca hacer balance del paso de Ómicron. Varias comunidades todavía no han aportado sus datos de contagios y, aun así, podemos decir que la incidencia sigue en valores que no se habían visto en ninguna oleada. Desde el 22 de diciembre se ha multiplicado la incidencia y casi doblado las hospitalizaciones, pero el balance sigue siendo el mismo: a pesar de los muchísimos más contagios en comparación con el año pasado, la situación de los hospitales es similar.
La evolución de los casos a siete días empieza a mostrar lo que podría ser un cambio de tendencia, pero las autoridades sanitarias son prudentes. El sistema que nos avisa por dónde pueden ir las cosas es el llamado Vigía, el análisis de aguas residuales está detectando los niveles más altos de toda la pandemia.
Muchos científicos coinciden en que esta explosión de casos marcará un cambio en la pandemia e, incluso, algunos apuntan a que en cuestión de meses podemos realmente convivir con el virus sin renunciar a la mayoría de nuestras costumbres.
El problema ahora mismo es que la coincidencia de tantos contagios está generando muchas bajas, también en servicios esenciales como los propios centros de salud, algunos sin personal suficiente.
Los antivacunas tienen un nuevo símbolo, el tenista Novak Djokovic, que lleva varios días confinado en un hotel de Melbourne a la espera de que las autoridades australianas decidan qué hacer con él. La federación de tenis del país le permitió participar en el primer ‘gran slam’ del año, aunque no estaba vacunado, aceptando una exención médica que las autoridades sanitarias no dan por válida. El número uno del tenis mundial sigue recluido en un hotel, mientras que, en su país, Serbia, lo consideran una cuestión política.