Se cumplen 77 días de la invasión y las tropas rusas avanzan en el este y en el sur de Ucrania, un avance que sigue teniendo como objetivo la rendición de la planta de acero de Azovstal que continúa siendo intensamente bombardeada.
La ofensiva rusa se centra también en el este. Allí las autoridades informan que han aparecido 44 civiles muertos bajo los escombros de una casa destruida cerca de Jarkov.
Según los servicios de inteligencia de Estados Unidos las intenciones de Vladimir Putin apuntan a que planea una guerra prolongada. En su comparecencia en el Senado la directora nacional de Inteligencia, Avril Haines, ha advertido de que Putin puede recurrir a medidas más duras y radicales si cree que va perdiendo la guerra.
Estados Unidos parece tener una idea muy clara de cuál será la siguiente fase de la invasión rusa en Ucrania. Cree que la intención de Moscú se dirige hacia una guerra de desgaste que va a durar como mínimo varios meses.
Además, estiman que los objetivos de Putin van más allá de la conquista de la región del Dombás y creen que el presidente ruso cuenta con el tiempo a su favor y que a medida que se prolongue el conflicto los aliados se vaya debilitando por sus problemas económicos derivados por la inflación y los suministros de energía.
Precisamente los países occidentales se preparan para enfrentarse para una guerra energética prolongada. Son los últimos movimientos que están acelerando tanto la Unión Europea como Estados Unidos.
En el caso de la Casa Blanca, el presidente Joe Biden trabaja ya en un plan contra lo que califica “la subida de precios de Putin”. Una estrategia donde propone medidas de corte político para contener la inflación que registra el país, la más alta en 40 años.
Por su parte Bruselas sigue trabajando para lograr un acuerdo entre los países comunitarios para introducir el veto al petróleo ruso en su próxima ronda de sanciones. Para ello, la barrera más importante es lograr el sí de Hungria. Su gobierno ha anunciado más ayudas económicas para hacer frente a los gastos económicos que se encontrará si no puede acceder a la energía rusa de la que es muy dependiente.
Bombas sobre Odesa
La actualidad de la guerra en Ucrania viene marcada también por los ataques a Odesa. La ciudad portuaria está siendo objeto de múltiples bombardeos y que según advierte el Gobierno ucraniano tendrá graves consecuencias para el comercio mundial de alimentos.
Se trata de un punto clave, ya que, desde el puerto de Odesa se envían toneladas de cereales al mundo. Se estima que tres cuartas partes de los alimentos que exporta Ucrania salen desde este puerto, uno de los principales del Mar Negro. Todo ello ha provocado la advertencia del presidente ucraniano.
Volodomir Zelenski alerta de que la ofensiva rusa sobre esta ciudad bloquea la exportación de trigo, lo que "no solo afecta a Ucrania". Señala que ya hay docenas de países que sin su trigo vivirán una situación terrible debido a la escasez.
Símbolo de esa resistencia es la planta de acero de Mariúpol. Las instalaciones de Azovstal siguen siendo objeto de intensos bombardeos, pero las últimas unidades militares ucranianas que permanece allí siguen resistiendo el asedio ruso. La ofensiva de Moscú se centra en esta planta de Mariúpol y también en el este.