Operarios del Ayuntamiento acababan de limpiar las pintadas de grafiteros que han invadido la renovada Plaza de España durante días y no ha durado limpia ni 24 horas. Monumentos, papeleras, farolas, bancos, incluso, árboles han vuelto a ser vandalizados.
En Madrid se realizaron 42.994 servicios de limpieza en 2021 para eliminar las pintadas vandálicas proyectadas sobre 167.693 metros cuadrados de fachadas de edificios, una media de 118 actuaciones diarias, lo que nos cuesta a los madrileños 2,5 millones de euros, pero no dan a basto. Un coste, al que hay que sumar el que tiene para los propios vecinos que se ven afectados por las pintadas en las fachadas de sus comercios y edificios.
El consistorio ya ha anunciado que desde junio, y durante los próximos ocho años, Madrid tendrá ‘patrullas antigrafitis’ dedicadas exclusivamente a retirar las pintadas vandálicas de cualquier punto de la ciudad.
Las nuevas 'patrullas antigrafitis', formadas por 51 operarios en los turnos de día de diario y fines de semana, se crean para intensificar la eliminación de estas pintadas de una forma homogénea y eficiente sea cual sea su temática y sobre un mayor abanico de materiales vandalizados.
La Junta de Gobierno acaba de autorizar este nuevo contrato de gestión del servicio público de limpieza urgente (Selur) que incluye estos equipos especializados.
El presupuesto total del contrato se incrementa 2,5 veces respecto al pliego anterior, pasando de los 8,9 millones anuales a los 23, con el objetivo de mejorar el estado y la imagen de la capital. Aproximadamente casi seis millones de euros del presupuesto (un tercio) se destinarán a eliminar pintadas vandálicas.
SE ENDURECEN LA SANCIONES
En 2021 se interpusieron 185 denuncias por la realización de grafitis. Las sanciones por realizar estos actos vandálicos se rigen por el artículo 20 de la ley 3/2007 de Medidas Urgentes de Modernización del Gobierno y la Administración de la Comunidad de Madrid.
En diciembre de 2019, el Gobierno municipal endureció los importes por esta infracción, atendiendo a los márgenes que permitía la legislación. Algunas multas se llegan a duplicar o triplicar.
Por ejemplo, en el caso de las pintadas sobre los cierres comerciales o elementos asociados a actividades económicas se elevó de 500 a 1.000 euros; sobre mobiliario urbano, muretes o pilares y puertas, de 300 a 600 euros; o en edificios emblemáticos, las multas por pintadas de menos de un palmo ascienden a 2.000 euros y las que lo superan, 3.000 euros. el de la tecnología en el control del servicio.