María Luisa Lozano está desesperada porque tiene a una inquiokupa en su vivienda. La propia intrusa la ha denunciado por acoso y, en concreto, por una vigilia que llevó a cabo el pasado mes de mayo en el portal del edificio donde tiene su casa en propiedad. El próximo 22 de septiembre María deberá declarar en los juzgados como presunta acosadora.
“No subí ni a la puerta de mi casa. Estuve todo el rato abajo, en el portal”, se defiende María Luisa, que junto a otros afectados se ha concentrado frente a los Juzgados de Primera Instancia de Madrid.
La inquiokupa ya dijo en su día que no se iba a ir de la casa en la que se encontraba hasta que no le ofrecieran una solución habitacional. Pero la última hora sobre el caso señala que los servicios sociales le ofrecieron el pasado 6 de junio una vivienda que la mujer ha rechazado.
“Pido, por favor, a los jueces o a alguien que nos ayude porque esto es ya una indefensión. Yo ya no sé qué hacer, no entiendo nada”, demanda María. “Aparte, que yo también estoy declarada por los asuntos sociales, tanto económica como habitacionalmente. No tengo donde vivir, es mi único piso”.
María lleva viviendo esta situación desde abril de 2020 y, desde entonces, está viviendo en casas de amigos. Además, está de baja laboral, prescrita por el médico, debido a su situación psicológica. “No tengo fuerzas”.
El 6 de agosto era la fecha límite que tenía María para que la inquiokupa abandonara el piso, pero María teme que, como en agosto los juzgados están cerrados, el asunto se demore en el tiempo y que acabe 2022 sin recuperar su casa. “La justicia, si es tarde y lenta, para mí no es justicia”, ha remarcado María.