En ‘Coser y contar’, Lorenzo Caprile te invita a un viaje apasionante a través de la historia de la moda donde conoceremos la vida de personajes como la emperatriz Eugenia de Montijo o el maestro Balenciaga y, también, recorreremos rincones desconocidos de nuestra capital y de la Comunidad de Madrid donde estos personajes vistieron, inventaron, crearon y lucieron esas prendas y esas modas que han transformado a nuestra ciudad en una referencia absoluta en el mundo de la moda.
En este nuevo episodio vamos a hablar de la historia de bordado, este arte de ornamentación empezó adornando las prendas de la iglesia y del poder para, poco a poco, transformarse en un arte popular que llegaría a las prendas de tantísimos hogares y familias.
¿Por qué tenemos en Madrid una calle que se llama Bordadores?
La calle Bordadores de Madrid recibe este nombre ya que, alrededor de esta zona, se encontraban todos los talleres de bordado en tiempos del rey de Castilla Juan II, que reinó entre los años 1406 y 1454. El monarca, cedió este terreno al gremio para que pudieran ejercer aquí sus trabajos y ellos, en agradecimiento, le regalaron un manto espectacular a la reina María de Aragón.
Y para conocer todas las diferentes técnicas de bordado que se pueden realizar, Lorenzo Caprile nos abre las puertas de su taller en el Barrio de Salamanca para conocer a una de sus bordadoras, Graciela Rivas, que domina cada una de ellas.
"Graciela es capaz de interpretar cualquier idea que se me pase por la cabeza, por loca que sea", nos ha contado el modista.
Una auténtica virtuosa del hilo que nos ha hablado de las diferentes técnicas de bordados: "Tenemos la parte de bordados con cordones, pasamanería, también combinamos pedrería con hilo, e incluso, a veces, las tres técnicas, cordón, hilo y pedrería".
Otra de las posibilidades está el bordado en bastidor o a prenda acabada. Cuando se realiza en un bastidor, se estampa en hilo un dibujo en un trozo de tela que luego emplearemos para realizar una falda, una manga o cuerpo, por ejemplo.
En cambio, cuando se realiza un bordado en una prenda ya terminada, como un vestido, se elige el lugar exacto de la prenda en el que queremos que aparezca el dibujo, por lo que se consigue un diseño mucho más exclusivo. "Se nota mucho la diferencia", ha matizado la bordadora.
Pero no solo las diferentes técnicas son más fáciles o más complejas de realizar porque también influye mucho la tela que se emplea para estampar el dibujo. La delicadeza de tejidos como el terciopelo o la gasa los hacen especialmente complicados de bordar y coser.
Dejamos el taller de Caprile y la actualidad y estilos del bordado para conocer su origen en el Museo del Traje de Madrid con Lucina Llorente, responsable textil del museo.
Lucina nos ha hablado de las diferencias entre el bordado popular y el 'bordado erudito'.
"El bordado popular no es porque lo haga la gente de pueblo sino porque se hace sobre tejidos en los que tú puedes contar los hilos, mientras que el erudito es el que realizan los profesionales del bordado sobre cualquier superficie como un satén o un terciopelo donde no se pueden contar los hilos", ha explicado Lucina.
La responsable textil del museo también nos ha llevado por un recorrido sobre las diferentes etapas del bordado a lo largo de la historia y que se puede apreciar, por ejemplo, en trajes cuyos diseños realizaban los pintores de cámara.
Pero si hay un lugar donde la técnica del bordado es una auténtica maravilla es en el Salón Gasparini del Palacio de Oriente de Madrid.
Y hasta allí nos hemos dirigido para conocer las joyas de esta sala realizada durante el reinado de Carlos III y que se conserva casi intacto.
A pesar de que ahora se le conoce como el Salón Gasparini, por el apellido de la persona que realizó todo el diseño de paredes, suelo y techo, originalmente fue la cámara del rey Carlos III, que reinó durante los años 1759 y 1788.
"Este salón es único por su riqueza y por los bordados, que son un trabajo verdaderamente excepcional. Se trata de un raso de seda bordado con hilo de plata sobre dorada, porque el oro no se puede usar ni en bordado ni en tejido porque se rompe y, también, hilos de seda de colores", nos ha explicado Pilar Benito.