Carl Hayman jugando al rugby profesional durante 17 años, seis de ellos vistiendo la mítica camiseta de los All Blacks. Los golpes recibido en sus más de 400 partidos como jugador profesional le han provocado demencia precoz. A sus 41 años y no recuerda el nombre de su hijo.
Hayman empezó a sufrir fuertes dolores de cabeza, que le empujaron a abusar del alcohol y a tener pensamiento suicidas. Ahora ha demandado a la Federación Internacional de Rugby por las lesiones que ha sufrido, acusando al este organismo de no proteger a los jugadores.
No es el único. El inglés Steve Thompson hizo lo propio. Ganó un mundial en 2003 y con 42 años ni siquiera recordaba haberlo jugado.