Tanto jugadores del Real Madrid como club apelan a la magia del estadio Santiago Bernabéu para remontar el 4 a 3 que cosechó el Real Madrid en Manchester.
Las inmediaciones del estadio serán el foco en el que se concentre el dispositivo de seguridad desde media tarde.
El sueño de la Decimocuarta y del doblete pasan otra vez por el coliseo de la calle Concha Espina. Allí llega el Manchester City dispuesto a acabar con las aspiraciones madridistas, amparado en su mínima ventaja y en la pizarra de Pep Guardiola para aplacar la alegría en la que lleva sumido su rival desde el pasado sábado.
Ya campeón de LaLiga Santander, el equipo de Carlo Ancelotti aspira ahora a algo poco usual en su era moderna, la de intentar encadenar el dominio doméstico y el europeo, algo que ha logrado únicamente tres veces en su historia, dos en la década de los 50 y la última vez en 2017.
Para ello, necesitará un partido que roce la perfección tanto arriba como, sobre todo, atrás, y, seguramente, sin lagunas como en los milagros ante el PSG y el Chelsea.
El espejo en el que mirarse es la remontada ante el conjunto parisino, que al contrario que el londinense le exigía remontar desde el minuto 1, aunque enfrente va a estar un equipo que no depende tanto de las individualidades y que tendrá una nueva prueba para comprobar su madurez competitiva después de que su historial reciente en la Champions dicte que suele sufrir vértigo en momentos clave.