Para fortalecer la relación entre un perro y su dueño se puede practicar un deporte como la obediencia.
La obediencia deportiva se orienta a conseguir que perro y guía se compenetren perfectamente, buscando una disposición positiva, y un porte alegre y voluntarioso.
En algunos casos de adopción se consigue reconducir la educación del animal. En otras ocasiones es la mascota la que obra efectos milagrosos. Compartir el ejercicio físico con el perro puede ser la mejor terapia para ambos.