A Lukaku, delantero del Inter de Milán, le abrazaron sus compañero. No porque acabara de marcar, sino para intentar animarlo. Entendían la rabia, el dolor, y la frustración por lo que estaba escuchando, gritos racistas que venían de parte de la afición del Cagliari.
Lukaku se quejó y su propia afición, la del Inter le escribe una carta. "Entendemos que te pudiera parecer racista, pero no lo es… en Italia usamos maneras solo para ayudar a nuestros equipos y para intentar poner nerviosos a nuestros oponentes, no por racismo sino para molestar. No somos racistas y tampoco lo son los hinchas del Cagliari".
Otros precedentes
Sí, son racistas y reincidentes. Moise Kean, exjugador del Juventus de Turín también se quejó en pleno partido después de marcar un gol, lo hizo frente a frente ante una grada que había estado todo el partido dedicándole gritos racistas.
Koulibaly, del Nápoles, también lo sufrir. En un Inter-Nápoles, sus compañeros, entre ellos Callejón insistieron para que el árbitro tomara nota. Insultos racistas que duelen. Osei-Tutu se marchó llorando de un partido en Alemania. Balotelli tampoco pudo contener las lágrimas.
El racismo en el fútbol no cesa, aunque estrellas como Paul Pogba lo pidan de todas las formas posibles.