El último partido de Rafa Nadal en tierra batida fue Roland Garros, en su decimocuarta Copa de los Mosqueteros, pero desde entonces son 670 días sin pisar la arcilla.
Su particular condena por ahora no tiene fin. Ha confirmado que tampoco estará en Montecarlo en un comunicado publicado en sus redes sociales lo dejaba claro: "Mi cuerpo no me deja".
Una renuncia que le duele especialmente a Nadal. Hablamos de su Master 1.000 favorito, un torneo que ha conquistado once veces y que marca el inicio del calendario de tierra.
Nadal no tira la toalla. En sus últimas imágenes aparece en su Academia, pero a punto de cumplir los 38 años, su cuerpo está llegando al límite.
El inicio de curso esta siendo una pesadilla. A principios de año reaparecía en Brisbane y en el primer partido de máxima exigencia se rompía. Después se borraba de Doha e Indian Wells. El único paréntesis fue el bolo en Las Vegas con Rafa Alcaraz.
Las sensaciones parecían buenas, pero Rafa Nadal sigue lejos de estar al 100% y la incertidumbre se apodera de su futuro.