Una vez finalizado el partido entre Peñarol y Rosario Central, los jugadores uruguayos se acercaron al sector donde estaban sus seguidores para saludarlos y varios parciales argentinos comenzaron a lanzar objetos.
Uno de los proyectiles impactó en el rostro de Maximiliano Olivera, que sufrió un corte en la zona del pómulo y quedó completamente ensangrentado.
El defensa visualizó al agresor e intentó ir a buscarlo, pero tuvo que ser detenido por Gastón Ramírez, Maximiliano Silvera y un miembro del cuerpo técnico, a los que tuvieron que sumarse Franco González y Lucas Hernández, porque no podían con él. Algunos compañeros le pedían calma a los hinchas rosarinos y otros llamaban a la asistencia médica.
Olivera fue trasladado a un centro asistencial para ser atendido, donde se le hizo una tomografía, que arrojó un resultado positivo, y le dieron puntos de sutura.