Desgana, falta de actitud. Tres aspectos, tres líneas de una lista larga. Gareth Bale se ha puesto las pilas. Se ha enchufado. Nada más hay que escuchar a Santiago Solari hablar de él, para darse cuenta que algo ha cambiado en el jugador.
Una predisposición a quedarse, a demostrar a los blancos que quiere seguir en el equipo, pero para el Real Madrid la respuesta ha llegado tarde.
Sus lesiones
Contaba con toda la atención tras la marcha de Cristiano Ronaldo y no supo aprovecharlo ni dentro ni fuera del campo. Centrado más en sus aficiones a otros deportes. Por no hablar de sus lesiones, unas molestias que aparecían con los blancos, pero no con su selección.
¿El último gesto? No merece comentarios. Solo demuestra desgana y dejadez, y porque no, una falta de complicidad con sus compañeros.
Sus últimos destellos en el campo sí ayudan a ponerle un buen precio a su salida, que los blancos tasan entre los 120 y 150 millones de euros.