En este capítulo de Desmontando Madrid nos sumergiremos en el pasado musulmán de la ciudad, que nació bajo la protección de Al-Ándalus . Su privilegiada situación geográfica y la abundancia de agua fueron motivos claves para que la cultura andalusí floreciera en la Comunidad de Madrid. En este programa descubriremos la primera muralla, las atalayas, el alcázar, la mezquita, la medina e incluso la razón de por qué a los madrileños se les llama gatos.
La ciudad de Madrid nació como una fortaleza que se creó para frenar el constante deseo de expandirse de Toledo, que hasta la época visigoda había sido la capital del reino, nos explica el historiador y escritor Juan Cortés Martín. El emir Muhammad I fue quien ordenó levantar una serie de fortalezas en la Marca Media, entre las que estaba la de Mayrit o Magerit, embrión de la actual Madrid.
¿Sabías que donde ahora se levanta el Palacio Real de Madrid antes estaba el alcázar? Aquí vivía el gobernador y había un castillo y una mezquita.
Felipe Vidales, historiador y guía de Talaytula, nos cuenta que, para proteger el reino, los musulmanes delimitaron marcas (fronteras) defendidas por ciudades amuralladas o atalayas desde la que vigilar el territorio. Cuando había algún peligro cerca, en la atalaya se encendía un fuego para avisar a la siguiente atalaya. Cuando aquí veían la luz o el humo, hacían lo mismo para avisar a la próxima. Así hasta llegar a la ciudad más cercana.
Junto a Daniel Gil-Benumeya. del Centro de Estudios sobre Madrid Islámico (CEMI), reconstruimos las murallas islámicas de Magerit y aprovechamos para descubrir por qué el antiguo lema de la ciudad era "Fui sobre agua edificada. Mis muros de fuego son".
¿Cuál es el origen del nombre de Madrid? Nos lo cuenta la investigadora Marisa Bueno, que también nos acompaña en busca de la antigua mezquita de la ciudad. Y hablando de orígenes, el periodista Rafael Martínez S. Girón nos cuenta la leyenda de por qué a los madrileños se les conoce como gatos.
Y como nos gusta mucho viajar, nos vamos a Alcalá de Henares con el arqueólogo Manolo Presas Vías para explorar los restos del castillo de Alcalá la Vieja. Aquí los musulmanes se instalaron en el mejor de los sitios posibles: entre la vía que unía Zaragoza con Toledo y el río Henares.