Desmontando Madrid: El Madrid de las calles y los oficios
El callejero de Madrid está repleto de oficios y de leyendas que nunca sabremos si fueron reales o inventadas
Un recorrido por las profesiones que dejaron su nombre en las calles madrileñas
Foto: Redacción |Vídeo: Telemadrid
Paseamos por ellas, compramos en ellas y, sobre todo, vivimos en ellas. Hablamos de las calles, muchas de las cuales tienen nombres realmente llamativos. Pero… ¿Cuál es el origen de estos nombres?
Detrás del nombre de cada calle existe una increíble historia. El callejero de Madrid está repleto de oficios que dejaron nombre, leyendas que nunca sabremos si fueron reales o inventadas e, incluso, las cosas del comer y del beber.
De dónde vienen, por qué están ahí y qué había antes de que su calle se llame tal y como se llama ahora. Desmontando Madrid desmonta en este capítulo ‘El Madrid de las calles y los oficios’.
Los gremios y profesionales tenían una especial relevancia en los mercadillos a pie de calle, hasta el punto de darles nombre, bien por su actividad bien por los productos que allí se vendían. Hasta la capital llegaban cada día cientos de artesanos, carniceros, herreros, etc., todos ellos dispuestos a ofrecer sus mejores productos.
Plazas como la de la Paja o la de la Cebada se convirtieron en el escenario en el que se establecían estos mercadillos y que han tomado su nombre de la actividad que allí se realizaba. Descubrimos su pasado de la mano de Blanca García Henche, profesora y doctora de la Universidad de Alcalá.
Y si hablamos de mercados al aire libre tenemos que hacer referencia del que seguramente sea el más popular de la capital: el Rastro. Manu García del Moral, autor de Secretos de Madrid, nos acompaña por las calles del mercadillo para conocer su historia.
¿Por qué las calles acaban llamándose como los oficios que se desarrollan en ellas? Irene Eguiluz, de Madrid Es Cool, nos responde: “Las personas que desarrollan estos oficios terminan acercándose al lugar donde prosperan”, como en la Ribera de Curtidores, que es donde se encontraban los curtidores.
Y no solo las profesiones manuales tienen presencia en el callejero de Madrid. También otras más “intelectuales” forman parte de él. Así tenemos la calle de los Libreros, la de los Poetas o la de Embajadores, una profesión que también da nombre a una glorieta y a todo un barrio.
“La glorieta de Embajadores se llama así por una epidemia de peste”, nos cuenta Arturo Sacristán, profesor de Estudio de Las Artes. “El rey Juan II de Castilla se marchó de la ciudad y se quedaron al cargo los embajadores. Para evitar la infección se fueron extramuros, precisamente a la zona en la que actualmente se encuentra la glorieta”.