Unos jóvenes alquilan un lugar para pasar un fin de semana en Madrid. El anuncio promete una mini casa en la capital, con "dos dormitorios, dos camas, un baño" y asegura que ofrece "encanto en el corazón de Madrid".
Cuando estos amigos llegaron al piso turístico, se encontraron con una sorpresa que no dudaron en compartir en sus redes sociales.
Alojarse en un cuarto de máquinas de ascensor por 150 € la noche. Para acceder a él hay que pasar por varias puertas.
El portal parece normal, pero la siguiente puerta ya se asemeja a la entrada de un zulo. Y la siguiente te lleva hasta un patio interior que da a varios cuartos de basura.
Un salón de apenas tres metros de ancho, con un sofá cama no plegable para dos o tres personas. Sin levantarse del sillón, se llega a la cocina con mini nevera, microondas y vitro portátil.
Unas escaleras del tamaño de un folio llevan al dormitorio principal: una doble altura creada artificialmente sujeta por tan solo una viga.
Ahí espera un colchón tirado en el suelo, justo debajo de otras escaleras, varias manchas de humedades y ninguna seguridad. Todo ello sin luz natural.
El baño no es apto para prisas.. ni para aquellos a los que no les guste la escalada. Hay que subir a una nueva doble altura. Para ello uno debe agarrarse a una cuerda anclada en la pared.
Por si esto fuera poco, la escalera tiene una inclinación muy acentuada. Tras pasar semejante 'yincana' solo lleva al sufrido habitante de este 'minipiso' hasta el plato de ducha.
La toalla de pies se encuentra en el último escalón y hay que meter tripa para lograr cerrar la puerta de la mampara.
Apenas un metro cuadrado para ducharse y continúa la aventura. Para alcanzar el retrete hay que seguir subiendo. Tres escalones más y al fondo lo encontramos. En medio de este recorrido, en un pequeño lateral se hallan el lavabo y un pequeño espejo.